martes, 8 de marzo de 2011

“EL SUEÑO DE LOS CINCO MIL”

Leia en  El Mundo Diario de Soria  la semana  pasada, una columna  de un antiguo compañero en el Ayuntamiento de Olvega. En este artículo de opinión de Andrés Calavia, en el que no voy a entrar en fondo, puesto que en mi  opinión probablemente no le falta razón, si que quiero continuar la frase con la que él finaliza su columna “un pueblo que busca el objetivo, soñado, de los cinco mil habitantes.

Llevo ya unos años en el Ayuntamiento y este “sueño de los cinco mil” empieza a resultar un poco, como una cantinela machacante que se repite como si fuera el único objetivo que debiera tener  la corporación desde los últimos 12 años.

Como dato destacar que según INE (Instituto Nacional de Estadística) en el año 1986 éramos 3290 Olvegueños y en el año 2010 somos 3798, es decir en prácticamente 25 años hemos crecido 500 habitantes, si es mucho o poco depende del esfuerzo económico que se haya tenido que hacer, y en mi opinión y supongo que la mayoría de los que conocen Olvega estarán conmigo, este crecimiento poblacional de Olvega es a todas luces muy pobre en comparación con el esfuerzo realizado.

A día de hoy en Olvega existe un polígono industrial de dos millones de metros cuadrados, con multitud de empresas instaladas, debido a las inversiones realizadas por todas las administraciones  para ejecutarlo, y al de los vecinos colaborando vendiendo el suelo a un precio muy adecuado.
Algunos ya comentan, no sin un poco de mala fe, que empezamos a parecernos a un pueblo pegado a un polígono, y la verdad que razón no les falta.

La actividad industrial generada en Olvega daría para una población mayor de 5000 habitantes sin lugar a dudas, pero lo que no debemos olvidar que estamos en 2011 y no en 1960, época en la que el éxodo de población en el medio rural a localidades mas o menos cercanas en busca de trabajo era lo habitual.

Hoy en día esto no es así, puesto que existe una red de vías de comunicación buena y un gran número de vehículos, que permiten los desplazamientos rápidos por parte de quienes tienen que ir todos lo días a trabajar a otro municipio distinto al suyo, lo que provoca una situación diferente a los años 60 y 70, es decir cada cual decide donde vive y trabaja donde puede.

Hace 40 años se produjo un crecimiento poblacional de Olvega muy importante motivado por la llegada de “nuevos olvegueños” procedentes de otras zonas de España, pero principalmente de poblaciones cercanas, ya que resultaba mas fácil trasladarse a vivir cerca del lugar de trabajo que desplazarse todos los días a trabajar a una población pese a la cercanía de ésta. Venía motivado por la mala red de comunicaciones viarias y por la práctica ausencia de vehículos, lo que hacía que distancias de 20 kilómetros no se pudiesen cubrir sistemáticamente todos los días.

Todo este preámbulo, al que daba pie la columna de Andrés Calavia, me sirve para concluir que el dedo con el que señalamos a la luna, no debe impedirnos verla. ¿De verdad es imperiosamente necesario que Ólvega tenga cinco mil habitantes? Creo que esa meta no debería quitarnos el sueño. Estoy convencido de que llegaremos a ser cinco mil, pero no a corto ni a medio plazo. Es más, no creo que sea bueno un crecimiento espectacular de la noche a la mañana. Un PUEBLO, con mayúsculas, no es un grupo de personas que viven en el mismo espacio físico. Un pueblo es algo más, es convivencia, es orgullo y sentido de pertenencia a un colectivo, es unidad. Y eso no se consigue con crecimientos poblacionales que únicamente  alimenten el ego de las personas que se atribuyen el mérito de lograrlo.

Un PUEBLO se construye con el paso del tiempo, esa es la única receta.

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